¿Cómo se diagnostica el asma?
El diagnóstico del asma se basa en :
- Determinados síntomas que cuentan el niño/a y/o su familia al pediatra,
- Hallazgos de la exploración física que realiza el pediatra
- Pruebas complementarias que nos permitan confirmar el diagnóstico o evaluar el nivel de gravedad (espirometría).
¿Qué es una espirometría?
Es la prueba más utilizada para estudiar cómo funcionan los bronquios y los pulmones del niño/a. Aporta información valiosa para el diagnóstico y control de la evolución del asma. Necesita colaboración del paciente, siendo posible en la mayoría de los casos a partir de los 5-6 años de edad, y debería realizarse al menos una vez al año en todos los niños que fueran capaces de hacerla. El aparato para realizarla se llama espirómetro y debe estar disponible en todos los Centros de Salud y Hospitales donde se atiende a niños con asma.
Imágen de un espirómetro
Prueba de la espirometría
¿Tengo que tener precauciones previas antes de hacer una espirometría?
Es recomendable:
- Evitar realizar ejercicio físico intenso la hora previa a la prueba.
- No realizar comidas copiosas previas.
- Consultar a su médico responsable si debe suspender en las horas previas la medicación de control.
A modo de ejemplo, le mostramos las recomendaciones generales:
De forma genérica, se recomienda, siempre que sea posible, no administrar tratamiento de rescate en las seis horas previas y suspender la última dosis de la medicación de control previa a la prueba, salvo si toma antihistamínicos que debería suspenderlos unos 2 ó 3 días antes. A continuación, le mostramos las recomendaciones generales:
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Medicación a suspender previamente a realizar espirometría
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Fármaco
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Tiempo de suspensión
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Broncodilatador de acción corta
(p.ej. Ventolin® o Terbasmin®)
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6 horas previas
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Broncodilatadores de larga duración
(p.ej. Seretide® o Symbicort®)
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12 horas previas
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Antileucotrienos
(p.ej. Singulair® o Pluralais®)
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24 horas previas
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Antihistamínicos
(p.ej. Ebastel® o Aerius®)
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2 o 3 días previos.
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¿Qué es el Asma de Esfuerzo?
Es la presentación de una obstrucción de las vías respiratorias y síntomas de asma que aparecen tras realizar ejercicio físico intenso. Su aparición depende mucho del tipo, intensidad y duración del esfuerzo realizado y del ambiente (temperatura, humedad…) donde se practica. Puede aparecer en niños no asmáticos pero en asmáticos ya conocidos es mucho más frecuente cuando su enfermedad no está bien controlada.
Independientemente de esto, el ejercicio físico es muy beneficioso para el niño asmático.
¿Quiere decir esto que debemos evitar el esfuerzo físico? Evidentemente NO. Se ha demostrado que el ejercicio físico es beneficioso para TODOS los niños, este beneficio es mayor en el caso de ser asmático porque mejora la capacidad cardiovascular y su autoestima. Si el paciente con asma es correctamente manejado, y tiene un BUEN control de los síntomas, puede practicar deporte sin limitación alguna.
Fuentes consultadas:
