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Manejo y control de Riesgo cardiovascular

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Este documento tiene como OBJETIVO proporcionarle la información precisa y útil sobre los recomendaciones que debe tener en cuenta usted y su familiar/cuidador principal para el manejo y control de los factores de riesgo cardiovascular.

 

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son, junto a las segundas neoplasias, la principal causa de muerte en pacientes que han superado  un cáncer.


Conservar la salud cardiovascular es de gran importancia antes, durante y después del tratamiento con quimioterapia y los que reciben radioterapia en el tórax, dado que puede  verse  dañado el miocardio e incluso presentar  cardiomiopatía dilatada e insuficiencia cardiaca, con importante   repercusión  en la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes con cáncer. Un elevado porcentaje de pacientes oncológicos reciben tratamiento con quimioterapia, cuya toxicidad genera numerosos efectos adversos que pueden impactar negativamente en la calidad de vida del paciente.


Implantar medidas de prevención con   un estilo de vida cardiosaludable (alimentación saludable, mantenimiento de un peso normal, realización de ejercicio físico regular) y el control estricto de los FRCV (HTA, tabaquismo,  dislipidemia,  obesidad central, síndrome metabólico y diabetes antes, durante y después del tratamiento es tan importante como el tratamiento médico. Estas medidas están destinadas no solamente a prevenir la aparición de la enfermedad, tales como la reducción de factores de riesgo, sino también a detener su avance y atenuar sus consecuencias una vez establecida.


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La dieta mediterránea comprende muchos de los nutrientes y alimentos comentados: alto consumo de fruta, verduras, legumbres, productos integrales, pescado y ácidos grasos insaturados (sobre todo aceite de oliva); consumo moderado de alcohol (fundamentalmente vino, consumido preferiblemente con la comida) y bajo consumo de carne (roja), productos lácteos y ácidos grasos saturados.


Alcanzar y mantener un peso saludable y reducir el índice de masa corporal y la circunferencia abdominal, sin comprometerla buena nutrición general, tiene un efecto beneficioso en los factores de riesgo metabólicos (PA, lípidos circulantes, tolerancia a la glucosa), mejora la respuesta al tratamiento y el pronóstico y reduce el riesgo cardiovascular.


Perímetro de la cintura ≥ 102 cm en varones y ≥ 88 cm en mujeres

 

El ejercicio físico debe ajustarse en frecuencia, duración e intensidad a cada paciente; la caminata es la forma de ejercicio más natural, simple y fisiológica, empezando a una intensidad baja y avanzar gradualmente; caminar a paso más o menos vivo al menos 30 min diarios 5 días a la semana, más diversas actividades laborales o caseras (jardinería o labores domésticas) son suficientes para ayudar a la prevención cardiovascular.


El consumo de tabaco, debería abandonarse radicalmente en los pacientes con cáncer, durante y después del tratamiento. Si aparte de la enfermedad maligna, el paciente tiene problemas cardiovasculares, particularmente cardiopatía isquémica, dejar de fumar es todavía más obligado. El esperable aumento de peso (una media de 5 kg) se compensa con   los beneficios para la salud de abandonar el tabaco.


El consumo de alcohol se asocia a múltiples riesgos para la salud (Aumento de la Tensión arterial, riesgo de arritmias cardiacas, muerte súbita y accidentes cerebrovasculares hemorrágicos) que contrarrestan significativamente cualquier potencial efecto beneficioso.

 

 

HTA Presión arterial    < 140/85 mmHg

Comorbilidad más frecuente en pacientes con cáncer, dado que las terapias onco-hematológicas causan HTA por diferentes mecanismos, fundamentalmente por los fármacos. Cambios adecuados en el estilo de vida, como la restricción del consumo de sal, control del peso, aumento de la actividad física, moderación en el consumo de alcohol, y aumento del consumo de frutas, verduras y productos lácteos son imprescindibles y a veces suficientes  para el control de la tensión arterial. 

 

 

Colesterol c-LDL    < 70 mg/dL

Los pacientes  que reciben tratamiento antitumoral, particularmente los que han sido radiados, tienen un riesgo incrementado de sufrir síndromes coronarios, razón por la cual las modificaciones del estilo de vida relativas a  dieta, ejercicio, suspensión del uso del tabaco, etc  son necesarias para la prevención primaria y secundaria de la aterosclerosis.

 


Glucemia: Durante la fase del tratamiento antitumoral no es infrecuente el descontrol de las cifras de glucemia o la aparición clínica de la diabetes. Los objetivos de la glucemia en ayuno será inferior a 110 mg/dL (e idealmente por debajo de 100) y una hemoglobina glicosilada, que refleja el control glucémico en los últimos 120 días, menor a 6.5%. Cambios en el estilo de vida, entre ellos dejar de fumar, dieta baja en grasa, dieta alta en fibra, actividad física aeróbica y entrenamiento de fuerza son los pilares iniciales del control de la glucemia.

 


Tratamiento médico: La complejidad del tratamiento y   efectos secundarios (fatiga, náuseas, vómito, alopecia, de la piel, del apetito, del olfato, estreñimiento o diarrea), no deben de ser barreras para cumplirlo ni abandonarlo; no se automedique, consulte a su médico y/o enfermera que le darán las pautas necesarias para el buen seguimiento del mismo. 

 


Consulte a su médico y/o enfermera si:

  •      Aumento brusco de peso
  •      Disnea de esfuerzo (dificultad para respirar)
  •      Hinchazón en piernas y/o tobillos
  •      Dolor torácico
  •      Palpitaciones
  •      Síncope o mareo

 

 

 

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