Los niños y niñas aprenden a relacionarse con la comida a través de las costumbres alimentarias que observan en el hogar. Igual que imitan de sus progenitores gestos, opiniones y comportamientos, aprenden de ellos las pautas de alimentación (hábitos, preferencias, costumbres, etc.). Por ello, es importante tomar conciencia como familia de cuáles son nuestros hábitos de alimentación y procurar mejorarlos si es necesario.
La vida laboral actual impone muchas limitaciones. Una de ellas, es la dificultad para coincidir en casa a las horas de comer todos los miembros de la familia. A pesar de ello, debemos intentar comer juntos a menudo, al menos una vez al día.
Fuente: Estrategia, promoción de la salud y prevención en el SNS