Va a depender de nuestra situación actual, como describíamos en el apartado anterior, pero una buena manera de empezar, de forma general, sería intentar responder a las siguientes preguntas y compartirlo con nuestras personas cercanas, o aquellas que nos cuidan o los profesionales que nos atienden:
- ¿Qué es para mí Calidad de Vida? ¿qué es para mí vivir bien?
- ¿Qué cosas son importantes para mí? ¿qué cosas merecen la pena?
- ¿Qué situaciones serían inaceptables para mí?
- Sobre mi enfermedad: ¿cuánto quiero saber de ella y de cómo evolucionará? ¿cómo quiero tomar decisiones respecto a mi salud? (puedo tomar decisiones sólo, acompañado de alguien, delegando en alguien)
- ¿Quién quiero que me acompañe en este proceso? La figura del Representante es importante (ver a continuación)
- Respecto al final de la vida: ¿para mí es más importante vivir el mayor tiempo posible o vivir lo mejor posible el tiempo que quede? ¿cómo quiero que me cuiden al final de mi vida? ¿qué es importante para mí en estos días? ¿qué me preocupa del proceso de morir? ¿me gustaría estar consciente? ¿cómo quiero que atiendan mi espiritualidad? ¿quiero dejar dicho cómo quiero que traten mi cuerpo cuando haya fallecido?
Cómo decíamos, la identificación de un Representante para la PCA es importante. Es fundamental incluir lo antes posible a la persona que elijamos para hablar con ella de la enfermedad, de los problemas a afrontar, de nuestros valores y de las decisiones a adoptar tras la adecuada deliberación. Especialmente ante enfermedades crónicas progresivas y situaciones avanzadas o graves, es el momento de hablar de un modo más estructurado con nuestro Representante y nuestros profesionales, establecer un plan de acción, y dejarlo por escrito si lo consideramos. El Representante expresará nuestros valores y deseos, en caso de que no podamos expresarnos.
