APNEA DEL SUEÑO
Es una alteración nocturna del sueño en la que se produce una interrupción del flujo respiratorio, lo que provoca un despertar o un cambio de estadio de sueño menos profundo. Se considera que existe síndrome de apnea si los episodios tienen una duración de más de diez segundos y el índice de apnea es superior a cinco por hora.
Las apneas de sueño aumentan en frecuencia con la edad. Este tipo de personas sufren una gran alteración de los ciclos de sueño, roncan mucho por la noche y padecen normalmente somnolencia diurna.
El tratamiento de la apnea depende de su gravedad y varía en función de la pérdida de peso, la eliminación del uso de alcohol y de algunos medicamentos, dispositivos de avance mandibular, hasta el uso de presión positiva continua de aire (CPAP).
MOVIMIENTOS PERIÓDICOS DE LAS PIERNAS (MIOCLONÍA NOCTURNA)
Se trata de movimientos bruscos estereotipados de flexión y extensión de las piernas, de uno a cinco segundos de duración y que se producen de forma periódica a intervalos de veinte a cuarenta segundos, en forma de brotes, durante el sueño no REM. Las piernas pueden moverse al unísono o independientemente. Estos movimientos producen un ligero despertar que fragmenta el sueño y pueden llegar a producirse durante toda la noche. Como consecuencia, durante el día se está muy cansado y somnoliento. Para llegar al diagnóstico de mioclonía se debe realizar una polisomnografía.
SÍNDROME DE LAS PIERNAS INQUIETAS
Consiste en la aparición de sensación de inquietud y necesidad de moverse. Suele ser más frecuente en los miembros inferiores, aparece con el reposo y típicamente a última hora de la tarde o primera hora de la noche, aunque suele mejorar con el movimiento. Una tercera parte de estos pacientes tiene antecedentes familiares.
La intensidad varía según los casos. Puede aparecer esporádicamente o puede llegar a presentar un cuadro tan grave que no se pueda conciliar el sueño.
SÍNDROME DEL OCASO
Este trastorno se caracteriza por confusión y desorientación asociado a la deambulación nocturna entre cortos periodos de sueño. Durante estos episodios, suelen presentarse alucinaciones hipnogógicas que pueden producir comportamientos agresivos. La oscuridad puede desencadenar o agravar el problema.
Este síndrome suele estar asociado a pacientes con cierto grado de demencia u otras enfermedades neurológicas, como el alzhéimer. Las medidas terapéuticas son poco eficaces, aunque se suponen de utilidad los cambios medioambientales, como las luces nocturnas, los muebles familiares de la habitación y una rutina estricta.
Fuente: Fundación Salud y Envejecimiento. Universidad Autónoma de Barcelona.
La incontinencia urinaria y el insomnio, por separado o cuando coinciden en la misma persona afectan a un porcentaje muy elevado de la población. Así, se estima que la incontinencia urinaria afecta a más de 6 millones y medio de personas en nuestro país, de ellas más de 4 millones son mujeres.
Por otro lado, y según la Sociedad Española de Neurología, entre un 20 y un 48% de la población adulta sufre en algún momento dificultad para iniciar o mantener el sueño. Además, un 10% de la población sufre algún trastorno de sueño crónico y grave.
Más de la mitad de las personas mayores de 65 años con incontinencia padecen problemas de insomnio y es que la incontinencia es una de las causas más importantes en alterar y modificar la calidad de sueño.
Cuando no dormimos bien, tanto en calidad como en cantidad de horas de sueño, (los expertos recomiendan dormir entre 6 y 8 horas), nuestra salud se resiente y aparecen problemas que van a estar relacionados desde una disminución de nuestro rendimiento al día siguiente hasta con la tensión arterial y la salud cardíaca.
Conforme envejecemos y, de forma natural, nuestro sueño se hace más liviano y puede interrumpirse con mayor facilidad de ahí que en circunstancias como la incontinencia esta interrupción o fragmentación del sueño pueda llegar a ser muy frecuente y grave, por supuesto, a la vez que muy molesto. Para los expertos en sueño, después de los problemas en las relaciones personales, la incontinencia es el segundo problema determinante en alteraciones de la calidad del sueño.
De entre las muchas incomodidades que se producen en el sueño de la persona que sufren incontinencia urinaria la más común es el despertarse en mitad de la noche y tener dificultad para volver a conciliar el sueño. Por otro lado, las pérdidas de orina durante la noche provocan cambios en la temperatura de la piel, sensación de humedad y de incomodidad.
También podrían ser causa de infecciones e irritaciones en la piel. Todo ello puede conducir a un sueño superficial y fragmentado con las repercusiones que hemos comentado. En el caso de las personas con incontinencia y en situación de dependencia, el hecho de tener que someterse a que se les cambie el dispositivo absorbente, puede generar dificultades para volverse a dormir.
Además, la presencia de incontinencia se asocia con una mayor probabilidad de caídas durante la noche y, consiguientemente, de fracturas. A estos hechos relacionados con fenómenos físicos debidos a la incontinencia (sensación de humedad, cambios de temperatura en la piel, irritaciones, etc.), hay hechos de índole psicológica que pueden comprometer la calidad del sueño, como es el temor a los escapes de orina durante la noche, el mojar la cama, la percepción de la persona con la que compartimos la cama y otras. Estas preocupaciones pueden ejercer una influencia negativa en la conciliación del sueño y, por esta vía psicológica, desencadenar insomnio.
Recomendaciones en caso de incontinencia e insomnio:
- A las personas que tienen problemas para contener la orina o que deben levantarse por la noche para ir al baño, y esto perturba volver a entrenar en este, recomendamos: evitar beber líquidos a partir de las 7 u ocho de la tarde al objeto de disminuir la producción de orina.
- En el caso de personas que toman diuréticos (fármacos que hacen orinar más) y, siempre bajo consulta o indicación de su médico, se evitará en lo posible tomar estos fármacos a partir del mediodía.
- En todos los casos es conveniente vaciar bien la vejiga antes de irnos a descansar.
- Es importante elaborar y respetar todo el rito de “irnos a la cama”, con la realización de esas rutinas diarias (cambio de ropa, aseo, adecuación de la habitación, etc.). Esto va indicando a nuestro cerebro que es hora de desconectar de los pensamientos y problemas del día.
- Cuando son necesarios, hemos de recomendar los absorbentes de orina (pañales de incontinencia) más adecuados a cada persona, que ofrezcan una mayor seguridad ante eventuales escapes, así como, un material capaz de mantener el líquido que se elimina con la menor tasa posible de complicaciones derivadas de la humedad mantenida, roces, infecciones de la piel u olores desagradables.
- Es muy importante el control de factores externos que pueden alterar el sueño, tanto en calidad como en cantidad. Así, el consumo de algunas sustancias como el café, té, bebidas con cafeína e incluso el alcohol puede alterar nuestro sueño. Las comidas copiosas también.
- Junto a los factores anteriores hay otros, también externos, que debemos cuidar, entre ellos: un entorno ruidoso, el exceso de luz, la interrupción del sueño para administrar medicación o, como se ha comentado, el cambio de pañales por la noche. También influirá la comodidad o no de la ropa con la que dormimos y la temperatura de la habitación (tanto ambientes calurosos como fríos modifican la calidad del sueño).
- Son de importancia el colchón (no debe ser ni demasiado blando, ni demasiado duro) y la almohada (debe tener altura y densidad adecuadas).
- Sería ideal poder realizar ejercicio físico diario (30-40 minutos con intensidad adecuada a la condición física de la persona) y evitar realizarlo en las 4 o 5 horas previas a acostarnos por la estimulación que el ejercicio produce sobre el cerebro.
- Si padece de insomnio recomendamos evitar la siesta ya que esta restará tiempo del descanso nocturno.
- Obedeceremos a la primera “llamada del sueño”. Evitaremos permanecer en el sillón para que no demos “cabezadas” que también nos restarán sueño.
- Ejercicios de relajación pueden ser de utilidad en el momento de acostarnos.
Fuente: Sociedad Española de Geriatría y Gerontología
Para saber más:
Conferencia “Alteraciones en el sueño de las personas mayores” del Dr. EduardEstevill
Conferencia “¿Cómo dormimos las personas mayores. Dormir bien para vivir más” del Dr. EduardEstevill
Guía Obra Social La Caixa
Despertar con una sonrisa. El sueño de los mayores