Alimentación
Durante la lactancia te recomendamos una alimentación variada, equilibrada y nutritiva, acorde con tus propias costumbres y tu apetito. Conviene resaltar los beneficios de las frutas y verduras frescas, ricas en vitaminas hidrosolubles y minerales. Las legumbres, patatas, féculas, arroz y harinas pueden ser tomados a diario, con pocas limitaciones. Los alimentos proteicos: pescados, carnes rojas y huevos, moderadamente. Las grasas animales en poca cantidad, preferible sustituirla por grasas vegetales.
No debes tomar alcohol ni consumas en exceso bebidas estimulantes como el café, té, colas y evitar dulces, golosinas y productos de confitería. Ingerir líquidos según la propia apetencia, preferible agua o zumos naturales.
Es necesario tomar un suplemento de yodo de 200-300 gramos al día desde el comienzo del embarazo y durante la lactancia.
Evita el tabaco y que nadie fume cerca de tu hijo/a.
Ejercicio
El ejercicio físico moderado, practicado de forma regular no tiene efectos adversos en la lactancia, al contrario, es muy positivo realizar ejercicios dirigidos a fortalecer el suelo pélvico, con los que reducir el riesgo de incontinencia urinaria en el futuro, cuando sea el momento adecuado para realizarlos.
De vuelta al trabajo
La vuelta al trabajo puede suponeros dificultades en la organización del hogar, pero no impide continuar con la lactancia. Consulta con tu profesional de referencia para que valoréis cual es la mejor opción que mejor se adapte a vosotros para que puedas seguir amamantando a tu bebé.
Para evitar que el estrés laboral afecte a la producción de leche, debes descansar cuando puedas y compartir con tu pareja y/o familiares otros aspectos relativos al cuidado de vuestro/a hijo/a y del hogar para que no acumules demasiado cansancio por el trabajo y la lactancia.
Busca apoyo e información en grupos de madres, representantes sindicales y administración.
