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¿De verdad el tabaco es una droga??

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Según la Organización Mundial de la Salud, droga es toda sustancia que, introducida en el organismo por cualquier vía de administración, produce una alteración, de algún modo, del natural funcionamiento del sistema nervioso central del individuo y es, además, susceptible de crear dependencia, ya sea psicológica, física o ambas. ¿CUMPLE EL TABACO ESTOS REQUISITOS?

  • Altera el sistema nervioso, siendo un potente estimulante.
  • Crea dependencia en un alto porcentaje de quienes lo consumen.
  • La interrupción de su consumo provoca síndrome de abstinencia.

TODOS ELLOS. POR TANTO, LA RESPUESTA ES SÍ. EL TABACO ES UNA DROGA.

¿Recuerdas la primera vez que fumaste un cigarrillo? Seguramente no te produjo una sensación muy placentera: tos, mareo, irritación de los ojos... ¿Por qué entonces los fumadores siguen fumando? La respuesta es que el tabaco produce adicción en la mayoría de los fumadores, es decir, el fumador necesita compulsivamente fumar para sentirse bien, y ese consumo está fuera del control de su voluntad. La dependencia del tabaco se debe en gran medida a la nicotina, que es una droga muy adictiva. De hecho, es la sustancia con mayor poder adictivo de las que se conocen, incluyendo otras como la heroína, la cocaína... Esto se debe a la rapidez con la que actúa, que es mayor incluso que la de sustancias que se inyectan en la sangre.

La nicotina es la droga más adictiva conocida.

Cuando das una calada a un cigarrillo, la nicotina llega a tu cerebro en tan solo siete segundos. Allí se une a tus células nerviosas en unos receptores, y eso libera una sustancia llamada dopamina, que es la responsable de la sensación placentera que sientes. Cuanta más nicotina llega al cerebro, más receptores se van produciendo, y por ello el fumador cada vez necesita una dosis mayor de nicotina. Sin embargo, cuando no llega nicotina al cerebro, lo que se produce es un síndrome de abstinencia que obliga al fumador a volver a fumar.

No obstante, la dependencia del tabaco no sólo se debe a la adicción a la nicotina, sino que el propio hábito de fumar y otros factores contribuyen a “enganchar” al fumador.

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