Ya has dejado de fumar. ¡Enhorabuena! Eres capaz de vivir sin tabaco. Has superado un montón de veces las ganas de fumar. Has hecho un esfuerzo enorme. Aunque pienses que no te ha costado tanto o que ha sido más fácil de lo que pensabas, lo cierto es que lo has conseguido y no todo el mundo es capaz de hacerlo. Ya puedes disfrutar de las ventajas de no fumar. También debes premiarte por el esfuerzo realizado. Con todo el dinero que has ahorrado te puedes «regalar» algo que te haga ilusión.
Una manera de sacar rentabilidad a tu esfuerzo es mantenerte sin fumar. Estás generando ganancias de las que tú eres el principal beneficiario. Tienes que estar satisfecho y muy tranquilo porque te has quitado un problema de encima. Mantenerte sin fumar es invertir en salud. Aunque lleves tiempo sin fumar, las ganas de fumar pueden aparecer en determinadas situaciones, pero ya no son situaciones nuevas para ti, ya tienes experiencia, las has superado un montón de veces. Has aprendido a superar situaciones que parecían insuperables, como cuando te ponías nervioso, estabas estresado o tenías una discusión o un disgusto. Todo esto seguirá ocurriendo porque no podemos quitar las dificultades de nuestras vidas, pero fumarte un cigarrillo tampoco te las solucionará. Al contrario, después de unas semanas o meses sin fumar, un cigarrillo te traerá más problemas que satisfacciones. No te interesa. Quizás debas recordar los motivos para dejar de fumar. Si piensas que por un cigarrillo no pasaría nada tienes un exceso de autoconfianza, corres un riesgo enorme de volver a engancharte. Te has olvidado de qué es el consumo de tabaco. Ya sabes que las adicciones no se pueden controlar y por tanto el consumo de cigarrillos tampoco. También te puede resultar útil recordar qué hacer cuando aparecen las ganas de fumar.
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