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Consejos para no aumentar de peso

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La evidencia científica muestra que el 75% de todas las personas que dejan de fumar no suben de peso. Y en aquellas que suben de peso, el aumento no es muy elevado.

Entre el 50% y el 70% de las personas que dejan de fumar comentan que sienten más hambre. Una situación que comienza a las primeras 24 horas de dejarlo, se hace más intensa en las primeras dos semanas y puede llegar a mantenerse entre 1 y 6 meses.

 

 

¿Sábes por qué te sientes así?

 

La nicotina presente en el tabaco aumenta el ritmo metabólico de tu cuerpo. Esto significa que tu organismo gasta con más rapidez todas las calorías que ingiere. Al dejar de fumar, el ritmo metabólico se normaliza. Por eso, se puede producir un ligero aumento de peso.

Por otro lado, la nicotina también detiene los dolores de estómago causados por el hambre y hace subir el nivel de azúcar de tu cuerpo. Al dejar de fumar, ocurre lo contrario a este proceso, y se obtiene con la comida el mismo efecto que antes se obtenía con el tabaco: placer, relajación y saciedad. Por eso, cuando dejas de fumar, puede que comas más. Debes prepararte para hacer frente a esta posibilidad.

 

 

Esto es lo que puedes hacer:

 

  • Realiza ejercicio físico de forma regular. Ademas de ayudarte a mantener tu peso, eliminarás tensiones y generará sensación de bienestar.

  • Mantén una dieta variada. Todos los alimentos son necesarios para una dieta saludable.

  • Reduce los alimentos ricos en grasa: bollería, quesos grasos, etc.

  • Aumenta tu consumo de alimentos ricos en fibra ( verduras y frutas) y en hidratos de carbono (arroz, pan integral, pasta, etc)

  • No compres alimentos calóricos que te puedan hacer caer en la tentación: patatas fritas, aperitivos, dulces, aceitunas, etc. Los que ya tengas en casa los puedes guardar en un lugar poco visible.

  • Ingiere líquidos, sobre todo agua. Beber dos vasos de agua antes de cada comida te ayudará a saciarte antes y, por tanto, comer menos.

  • Establece unos horiarios regulares para tus comidas y trata de mantenerlos cada día.

  • Toma pequeñas cantidades de alimento y mastica despacio.

  • No repitas ningún plato.

  • Si sientes hambre a deshoras, siempre puedes recurrir a chicles sin azucar, a piezas de fruta y verdura o a beber agua.

  • Ten planificado de antemano lo que vas a comer. Así evitarás caer en la tentación de ingerir más de lo previsto.

  • Evita los alimentos fritos. Estos conllevan una mayor cantidad de grasas y de sustancias tóxicas derivadas de freir en aceite muy usado. Por ellos es preferible que cocines tus carnes y pescados a la plancha o al horno. Para las verduras la mejor opción es el sistema de vapor, ya que si las cueces, en el agua se quedan muchas vitaminas. Puedes cocinar al vapor simplemente colocando una rejilla metálica en la olla para separarlas del agua.

  • Disminuye la cantidad de azúcar. Aunque tiene un gran valor energético y disminuye momentáneamente el apetito, lo aumenta más adelante.

 

Consejos para cuando comas fuera de casa:

 

  • Cuidado con las cartas de los restaurantes. Suelen presentar unos platos tentadores, aderezador con salsas riquísimas en calorías. Si no sabes lo que lleva un plato determinado... ¡Pregúntalo!

  • Cuidado con los postres. Procura llegar a los postres sin mucho apetito. Para ellos puedes, por ejemplo, pedir una ensalada acompañando tu comida. Si aún así te apetece un postre, tómate fruta, que es muy apetitosa y engorda mucho menos.

  • Cuidado con la cesta del pan. Procura poner en la mesa solo el que vayas a comer.

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