El tratamiento del catarro se basa en aliviar los síntomas de éste aplicando medidas generales.
Es importante mantener una buena hidratación ofreciendo al niño abundante cantidad de líquidos, lavar la nariz con suero fisiológico de forma frecuente, especialmente antes de las tomas y antes del sueño, mantenerlo en posición semiincorporada incluso en las horas de sueño, evitar el ambiente seco y la exposición al humo de tabaco y disminuir la temperatura corporal cuando el niño presente fiebre mediante la administración de analgésicos-antipiréticos como pueden ser el paracetamol o el ibuprofeno.
Los padres deben observar y vigilar al niño en todo momento para así poder detectar signos de alarma o complicaciones que puedan aparecer en el curso de la enfermedad.
Es importante destacar que no existen medicamentos que curen los catarros. No existe evidencia de beneficios en el uso de antibióticos para el resfriado común, pero sí hay evidencia de ciertos efectos secundarios.
Tampoco es eficaz la utilización de medicamentos para el tratamiento de la tos.
Los jarabes anticatarrales (mucolíticos, anticongestivos…) son también de dudosa eficacia.