La tos es un mecanismo de defensa del aparato respiratorio encaminado a limpiar de secreciones y cuerpos extraños las vías respiratorias y así poder mantener la vía aérea limpia y abierta.
La tos puede clasificarse en función de su duración en aguda o crónica y en función de su cualidad en seca o irritativa, húmeda o productiva y perruna.
La causa más frecuente de tos aguda son las infecciones de las vías respiratorias superiores (los catarros) y suele resolverse sin medicación en la mayor parte de los casos en el plazo de una a tres semanas. Se considera tos crónica o prolongada aquella que se mantiene durante cuatro o más semanas.
La tos aguda es un síntoma habitual en los niños que casi nunca indica un problema de salud importante y es una causa frecuente de consulta en Atención Primaria, ya que puede ser duradera y afectar al sueño y/o actividades diarias habituales.
Decálogo de la tos
- La tos es un mecanismo de defensa del aparato respiratorio. Está destinada a eliminar secreciones y cuerpos extraños para mantener la vía aérea limpia y abierta.
- La causa más frecuente de tos aguda son las infecciones de las vías respiratorias superiores (los catarros). Los catarros son producidos por centenares de virus diferentes. Se resuelven sin medicación en una o dos semanas.
- La tos aguda no debe tratarse con calmantes de la tos, mucolíticos, expectorantes, antihistamínicos o descongestivos nasales, especialmente en menores de seis años. En niños no está demostrado que estos medicamentos sean eficaces para el tratamiento de la tos y los riesgos superan a los posibles beneficios. Si se usan, siempre deben estar bajo control médico.
- Si se quitara la tos habría más retención de mocos, menos oxigenación y más obstrucción de la vía aérea. También habría más riesgo de otitis y neumonía.
- Los antibióticos no son eficaces en el tratamiento de los catarros y están contraindicados.
- Es muy importante que el niño con catarro esté bien hidratado. Hay que darle líquidos con frecuencia.
- También se recomienda hacer lavados nasales y humidificar el ambiente.
- Hay que evitar la exposición al humo del tabaco. No se debe fumar en casa.
- Medidas sencillas como el lavado de manos disminuyen el riesgo de contagio.
- Conviene vigilar y consultar con el pediatra si aparece:
- Dificultad para respirar (se marcan las costillas y se hunde el esternón, se oyen pitos cuando respira, respiración muy rápida, agitada, etc.).
- Fiebre que dura más de tres días.
- Dolor de oídos o supuración.
- Tos y mocos durante más de 10-15 días.
Fuente: Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap)