Salud cardiovascular
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) suponen 17,5 millones de defunciones a nivel global y más de 120.000 en España. Hay un incremento alarmante de determinados factores de riesgo como malos hábitos alimentarios, el sedentarismo, el tabaquismo y la obesidad que hacen que las ECV continúan siendo la principal causa de mortalidad y morbilidad en España.
Se conoce por salud cardiovascular la presencia de valores óptimos en los principales factores de riesgo cardiovascular:
- No fumar
- Mantener un índice de masa corporal por debajo de 25 kg/m2
- Seguir una dieta cardiosaludable
- Realizar ejercicio físico regularmente
- Cifras de presión arterial no tratada inferior a 120/80 mm Hg
- Cifras de glucemia (azúcar) no tratada ipor debajo de 100 mg/dl
- Cifras de colesterol no tratada por debajo de 200 g/dl
- Mantenimiento de una óptima salud bucal
Mejorar la salud cardiovascular y reducir la incidencia, morbilidad y mortalidad por enfermedades cardiovasculares implica fomentar estrategias de promoción de la salud y prevención de la enfermedad y controlar los factores de riesgo con el fin de prevenir la discapacidad y mejorar la calidad de vida y bienestar de los pacientes y sus familias.
Por promoción de la salud y la prevención de la enfermedad son aquellas acciones, procedimientos e intervenciones que se adoptan para permitir a la población en general , así como al individuo y familia incrementar el control sobre su salud, con el fin de impedir la aparición de una enfermedad; esto implica una actitud “activa” donde las personas se movilizan y se hacen responsables de asumir “el control” de su salud.
La prevención de la enfermedad cardiovascular debe orientarse al abandono de hábitos de vida y factores de riesgo modificables (alimentación, tabaco, sedentarismo, estrés…) que favorecen el aumento de la tensión arterial, el colesterol, la obesidad y la diabetes, incidiendo en la modificación de conductas no saludables por conductas promotoras de salud, con el fin de eliminar o minimizar el impacto de las enfermedades cardiovasculares y las discapacidades asociadas y favorecer una rápida reincorporación al área laboral y social de la persona cardiópata.
La prevención, además de mejorar el estilo de vida y reducir el nivel de los factores de riesgo de los pacientes con enfermedad cardiovascular ya establecida y /o riesgo creciente de presentarla, debe animar a las personas sanas de todas las edades a adoptar hábitos de vida saludables.
El 90% de los infartos se asocia a factores de riesgo clásicos conocidos y modificables, de ahí que la práctica totalidad de ellos se puedan prevenir si vigilamos esos factores de riesgo.
Para saber más...
Las medidas de prevención cardiovascular son complementarias del tratamiento farmacológico y deben mantenerse a lo largo de toda la vida.
Existen 4 tipos de prevención:
- Prevención primaria: medidas encaminadas a controlar los factores de riesgo cardiovascular (FRCV), una vez ya presentes, para disminuir la incidencia de la enfermedad.
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Prevención secundaria: Medidas encaminadas a reducir el riesgo de recurrencias y la mortalidad cuando la enfermedad cardiovascular ya se ha manifestado. Abarca cambios en el estilo de vida, control de los FRCV y tratamiento médico óptimo.
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Prevención terciaria: medidas dirigidas al tratamiento y a la rehabilitación de una enfermedad para ralentizar su progresión y, con ello la aparición o el agravamiento de complicaciones e intentando mejorar la calidad de vida de los pacientes.
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Prevención cuaternaria: enfocada a las recaídas de la enfermedad.