El tratamiento de las valvulopatías puede ser sintomático, siguiendo una dieta baja en sal, y restringir la actividad que provoque cansancio y siempre evitar la actividad física después de las comidas o ante temperaturas extremas. Un adecuado ajuste de las actividades diarias puede mejorar la calidad de vida y aminorar y/o reducir la frecuencia de los síntomas con diuréticos y en el caso de la valvulopatía mitral severa anticoagulantes para disminuir incidencia de tromboembolismo sistémico.
En muchas ocasiones el tratamiento farmacológico no es efectivo y es necesario reparar la válvula dañada (cirugía), o sustituirla( técnica transcatéter o cirugía)
Su médico le explicará cual es mejor opción y qué válvula es la más idónea en su caso y las ventajas y/o inconvenientes de cada una de ellas, para que usted pueda decidir también.
En todos los casos es muy importante la profilaxis antibiótica para evitar la endocarditis
Saber más
Las tres formas básicas de tratar los problemas valvulares con cirugía son:
Reparación de la válvula: Siempre que sea posible se realizará la reparación de la válvula en vez de reemplazarla. Puede ser:
- Coser un anillo alrededor de la entrada de la válvula PARA mejorar el tamaño o la forma.
- Recortar el tejido para permitir que las valvas o aletas se cierren o se abran mejor.
Reemplazo con una válvula mecánica: Las válvulas mecánicas están hechas de metal o de carbón duro, tienen una duración ilimitada, no se deterioran, pero para que funcionen correctamente necesitan un tratamiento anticoagulante (Sintrom) de por vida.
Reemplazo con una válvula de tejido: Una válvula de tejido suele estar hecha de tejido de cerdo o de vaca (bovinas/porcinas), tienen una duración limitada (entre 8 y 15 años). En algunos casos requieren tratamiento anticoagulante solamente durante un breve período.