El tratamiento consiste en una serie de medidas no farmacológicas (tan importantes o más que el tratamiento médico) y un tratamiento famacológico crónico, que no deberá abandonarse aunque desaparezcan los síntomas. Precisamente los pacientes se encuentran bien porque toman el tratamiento y siguen las recomendaciones establecidas siendo por tanto esenciales la adherencia y el autocuidado.
Además de la medicación, puede ser necesario ayudar a su corazón con el implante de ciertos dispositivos (desfibriladores implantables, marcapasos), y en fases avanzadas de la enfermedad, algunos pacientes pueden beneficiarse de un trasplante cardiaco.
Respecto al tratamiento famacológico, es un tratamiento combinado, de varios fármacos que busca bloquear diferentes respuestas maladaptativas que se ponen en marcha como consecuencia de la enfermedad. Pueden producir efectos adversos, sobre todo al inicio del mismo y su médico lo irá ajustando hasta conseguir el control de los síntomas y la estabilización de la enfermedad.
Los objetivos del tratamiento de la insuficiencia cardiaca son:
- Mejorar síntomas, capacidad funcional y calidad de vida
- Prevenir la progresión de la disfunción cardiaca
- Prevenir las complicaciones y la hospitalización
- Mejorar la supervivencia
Diuréticos: Se utilizan para expulsar el exceso de líquido del organismo y así disminuir la sensación de ahogo y de hinchazón. Pueden producir mareos si baja la tensión arterial y deshidratación. Pueden producir calambres musculares debido a la pérdida de potasio.
IECAS (Inhibodores de la enzima convertidora de la angiotensina) /ARA II (antagonistas de los receptores de la angiotensina): Bloquean los efectos de la hormona Angiotensina-II, consiguiendo que los vasos sanguíneos se relajen y disminuya la presión arterial. Pueden producir cansancio y mareos si baja la tensión arterial, así como tos seca y persistente. Pueden provocar cambios en el funcionamiento del riñón y aumentar el potasio. En caso de que se hinchen la lengua, los labios o la garganta.
ARA-II (Antagonistas de los Receptores de la Angiotensina) Disminuyen la frecuencia cardiaca y la tensión con la que trabaja el corazón. Pueden bajar la tensión en exceso y desencadenar mareo al incorporarse y cansancio. Pueden aumentar el potasio en sangre. Rara vez produce inflamación de la lengua y labios debiendo consultar urgentemente y suspender el fármaco.
ARNI (antagonistas del receptor angiotensina II e inhibidor de la neprilisina): consiguen que los vasos sanguíneos se relajen y disminuya la presión arterial y aumentan los niveles sanguíneos de péptidos natriuréticos, produciendo así efectos beneficiosos para la función del corazón. Pueden provocar mareo por bajadas de la presión arterial mayores a las deseadas.Hay que extremar la precaución en pacientes con enfermedades renales, con controles periódicos de función renal y potasio.
BETABLOQUEANTES: Disminuyen la frecuencia cardiaca y la tensión con la que trabaja el corazón. Mejoran la oxigenación del corazón. Pueden dar cansancio y fatigabilidad al inicio. Pueden agravar el asma o empeorar la circulación de las piernas, debiendo consultar al médico antes de suspender.
ANTAGONISTAS DE LA ALDOSTERONA: Se utilizan para expulsar el exceso de líquido del organismo y también y disminuir la tensión con la que trabaja el corazón. Pueden producir mareos si baja la tensión arterial y deshidratación. Puede producir aumento de los niveles de potasio por lo que puede ser preciso disminuir ingesta de potasio en la dieta. Rara vez puede producir aumento de la glándula mamaria y dolor.
DIGOXINA: Es un fármaco capaz de aumentar la fuerza del corazón y disminuir la frecuencia cardiaca en presencia de determinadas arritmias. Puede provocar intoxicación farmacológica, que se manifiesta con los siguientes síntomas: Náuseas, vómitos, pérdida de apetito, palpitaciones, debilidad, cansancio o mareos, visión borrosa, diarrea, agitación, confusión, dolor de cabeza.